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miércoles, 5 de octubre de 2011

1.5 Confusión

Abrí los ojos, el reloj digital marcaba con unos números rojos brillantes las 5 de la madrugada. Me recosté y empecé a recordar poco a poco todo lo sucedido hace apenas una semana.
En ese momento el encuentro con Metzli era lo más importante pero no podía hacer otra cosa que pensar en él. Izan, el chico que había conseguido robarme corazón; el único que había hecho que me enamorara después de que prometiera no hacerlo, cuando le perdí a él…
Suspiré y conseguí dormirme de nuevo; tenía un mal presentimiento, como si algo fuera a ocurrir.
Esa noche tuve una pesadilla, justo con el recuerdo que con más fuerza había intentado olvidar, con la cosa que más me había dolido de todas las atrocidades que hice aquel día en mi pueblo…
Por fin, la noche acabó y poco a poco fue amaneciendo. Mirar el alba me tranquilizaba un poco, pero estaba extrañamente nerviosa.
Había pasado una semana sin asistir a clase, pero tenía que ir obligatoriamente hoy, precisamente cuando estaba con ese mal presentimiento…
-Vaya… ¿justo hoy había que llegar 5 minutos antes? –le dije secamente a Derek.
-¡Ey ey ey! Calma princesita. Lo siento pero me olvidé completamente de que ayer había adelantado el reloj para no llegar tarde.
-Tsé, no jodas, ¿tarde? ¿Me tomas el pelo?
-Te veo hoy muy alegre y simpática –comentó con sarcasmo.
-Lo siento… hoy estoy muy alterada y la verdad no sé por qué es… Es una sensación extraña –dije.
-Un mal presentimiento… bueno, será sólo que no quieres venir después de tu semana de vacaciones –bromeó Derek-. Me piro, que están esperándome.
-Genial… lo que me faltaba. –mascullé.
En ese momento Izan entró por la puerta… acompañado de una chica. Era un poco más baja que él, tenía el pelo castaño largo y muy liso, con flequillo; sus ojos eran muy extraños y de aspecto felino, su color era verde, pero alrededor de la pupila se volvían azules.
Él ni siquiera me miró; se comportó con una helada indiferencia que nunca había visto, y los dos pasaron de largo. Derek me miró brevemente desde el fondo del pasillo; en el que estaba con sus amigos hablando, y se me debió leer en la cara el dolor porque apartó la mirada hacia otro lado.
Sentí como si tuviera una herida abierta en mi interior, ¿qué había ocurrido en esa semana? ¿Quién era esa chica? Y lo más importante… ¿cómo los cálidos ojos de Izan se habían convertido en esa mirada de hielo y su reconfortante sonrisa en esa mueca indiferente? Le había hecho mucho daño.
No podía soportarlo, salí corriendo de allí ante la mirada estupefacta de la gente. Acabé, cómo no, en el bosque. De alguna forma era un lugar especial, me hacía sentir más segura.
Rompí a llorar y sentí un tacto frío… era una sensación irreal, como un abrazo no destinado para reconfortar, era incómodo. Una risa fría y distante se percibía, era Metzli.
Un ruido apenas perceptible entre las plantas, alguien se aproximaba…
-Los sentimientos son inútiles, nos hacen vulnerables. Pero pocos consiguen deshacerse por completo de ellos.
Para mi sorpresa, la persona que estaba aproximándose entre las plantas era esa extraña chica, la que estaba con Izan en el instituto.
-Sabía que estarías aquí.
Yo estaba perpleja, ¿cómo me había encontrado ésa? Además, ¿a qué venía eso de “sabía que estarías aquí”? Si no la conocía de nada. Espera…
-Oh dios mío… no puede ser…
-Parece que ya te has dado cuenta, ¿eh? –dijo ella con una mueca extraña, entre sonrisa sarcástica y triste.
-Evangeline… ¿cómo has…?
-Yo sobreviví. Sobreviví a la masacre que provocaste,  yo soy una caza vampiros. Y sé lo que tú eres, Vanessa. Quiero proteger a Izan de ti, no quiero que sufra daño por culpa tuya.
-Tú… se lo has dicho… -la voz se me quebró.
-Te equivocas, no le he dicho nada. He venido aquí para avisarte; no para desenmascararte, de eso ya se ocupará él, puesto que ya casi tienen todo el material necesario para romper la barrera.
-No… no puede ser… -estaba horrorizada, ya había olvidado que intentaban atravesar la barrera.
-Haré lo que sea necesario para protegerle, él no se merece esto.
-Evangeline… ¿cuánto tiempo nos queda hasta que… la rompan?
-Un mes.
Evangeline se dio la vuelta con un movimiento elegante y ligero y desapareció en las sombras del bosque.
 Tenía que regresar al instituto, necesitaba respuestas para todas mis preguntas, entonces fue cuando tuve una especie de imagen en la cabeza, ¿él? No… no podía ser...
Sus cabellos negros brillaban a la luz de la luna, él se los apartaba. Sus ojos del color de la más bella esmeralda me miraban, mientras sonreía con esa mueca de siempre y me tendía la mano.
Entonces, la visión de nuestro pueblo lo envolvió todo, el pueblo que yo destruí. Le vi de nuevo, pero esta vez tumbado ante mí. Estaba… ¿muerto? Se me hizo un nudo en la garganta. Muy pocos sobrevivieron, y no traían precisamente buenas intenciones y sonrisas.
Una lágrima surcó mi rostro y volví a la realidad. Tomé el control de mis temblorosas piernas y me dirigí hacia el instituto para buscar a Evangeline. ¿Qué había sido esa visión? A excepción de ésta solo había tenido una, la de que unos viajeros vendrían a por mí para llevarme a un lugar seguro, y esos fueron los Alden, con lo que la visión se había cumplido tal y como la vi.
«Espera… entonces… esa visión… ¿podría hacerse realidad probablemente?»
Volvería a verle… Podría volver a tocarle, vería su preciosa sonrisa, sus ojos verdosos, lo escucharía volver a decirme esa palabra que tanto le gustaba…
«No... No… Vanessa deja de pensar tonterías. Él murió, ya lo asumí hace un tiempo, yo misma lo vi. Y yo misma provoqué su muerte…»
Siempre acababa convirtiendo todo en una pesadilla de la que no podía escapar, hubiera sido mejor no haber existido nunca si sólo sabía hacer daño. Era la causante de muchas desgracias. Hasta el  padre de Izan me consideró un demonio, ordenándole a su hijo acabar conmigo.
«Izan…»

Llegué al instituto, a Izan no podía preguntarle; así que busqué a Derek por el instituto. Después de mucho buscar le encontré sentado en un banco
-Derek… ¿dónde?... ¿dónde-está-Evan-geline? –pregunté entre jadeos.
-¿Quién? –dijo él, con cara de extrañado.
-La chica que iba esta mañana con… con Izan.
-Ah, esa chica… Se fue de repente, poco después que tú. –Derek hizo una mueca– Parece una chica extraña, escuché decir al director que tenían muy poca información de ella.
-Bueno, entonces nada…
-Vanessa… si te sientes mal vuelve a casa o… puede que debas de ir a… ya sabes.
Salí disparada rumbo al bosque, con cuidado de llevar una velocidad humana hasta llegar a las afueras, acto seguido empecé a correr más rápido. Tenía que ir de caza, así me sentiría mejor… ¿no?
Llegué a la linde del bosque y disminuí la velocidad hasta reducirla a un simple paseo, estaba alerta; en esa zona siempre había excursionistas, leñadores, alguien perdido…
Había alguien sentado contra el tronco de un árbol. Sentí el pulso de su sangre, el olor de la sangre lo envolvía. Eso me nubló la vista, sentí la sed que me quemaba y lo veía todo rojo, entonces, el chico giró el rostro y me miró confundido.
«No...»
Me faltó el aire cuando le vi por primera vez la cara. No era igual que él pero se parecía demasiado. Sus ojos esmeraldas me observaban curiosos y confusos, sus labios se curvaban en una mueca de dolor, y el reluciente pelo negro azabache estaba enredado. Se sujetaba el brazo con una mano ensangrentada; entonces me di cuenta de que se había caído del barranco que se alzaba sobre nosotros, debía de medir unos seis o siete metros.
-¿Perdona, podrías ayudarme? Me he caído del barranco y creo que tengo el brazo roto y un tobillo torcido. También creo que me he roto una costilla o algo de eso… –dijo con esfuerzo y el rostro se le contrajo de dolor mientras hablaba.
Salí del hechizo de su rostro. No era él definitivamente, ésa no era su voz, pero se parecía tanto…
-Eh… esto… ¿qué puedo… hacer por ti? –me costaba pensar y el olor de su sangre me quemaba por dentro.
-Ayúdame a llegar al lago… a partir de ahí puedo… apañármelas. –jadeó con esfuerzo.
« ¿Al lago? El lago está en dirección contraria a la ciudad… ¿qué va a hacer allí solo?»

                                                                        © Copyright  2011  Laurii. Todos los derechos reservados

Espero que disfrutéis este capítulo tras tanto tiempo :) Gracias por leer mi historia :D

1 comentario:

  1. Me encantaaaaaaaaaaa, dios *.*
    ¿Quién será ese chico? Estoy intrigada!

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