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sábado, 2 de octubre de 2010

1.1 El Pasado




-Chicos os presento a un nuevo estudiante, espero que le tratéis bien y...-la profesora siguió hablando.
No me molesté en escuchar... ¿para qué? De todas formas nada iba a cambiar...
Sonó el timbre y salí segundos antes que todos los demás, agradecía tener tan buen oído. Me dirigí donde siempre; al aula de música, en lugar de ir al recreo y comer, como los demás.
Siempre estaba sola, nunca hablaba con nadie, y solía pasarme el día ensimismada en mis pensamientos. Aun así sacaba muy buenas notas, tenía una gran memoria. Vanessa Alden, ésa era yo. Al principio todos se acercaban a mí, sobre todos los chicos, pero yo sabía que ellos no buscaban simple amistad... Me consideran una chica bella y sencilla, pero indiferente y distinguida. Yo no quería que la gente peligrara por estar conmigo, así que preferí sumirme en la soledad. La gente me considera una rara, por estar siempre sola (a pesar de que podría ser muy popular), nunca salir al recreo, saltarme la clase de gimnasia por una “enfermedad” según el “médico” y por ser tan fría con los demás.
Seguí caminando silenciosamente y sumida en mis pensamientos a través del oscuro y frío pasillo, era irónico, un alma oscura y fría en un lugar oscuro y frío; eso claro, contando que un monstruo como yo tuviera alma...
« Cuando los Alden me encontraron, yo ya había “despertado”, provoqué una masacre, acabé con un pueblo entero, Saint Vincent. Era un pueblo apartado, en las montañas. Tuve la suerte de que sólo sus habitantes conocían la existencia del pueblo. Yo era una chica más, con un grupo de amigos normales, con familia normal que vivía en una casa normal. Pero entonces, ocurrió todo...
Primero empecé a ver borroso y al cabo de unas horas empecé a ver con una claridad impresionante, muchísimo mejor que mi vista normal de antes. Luego, comencé a oír mucho mejor; si me concentraba, desde mi casa podía escuchar las afueras del pueblo con total claridad. El final fue peor, sentí una quemazón en la garganta y un gran dolor de cabeza, escuchaba "voces". Mi mayor error fue salir corriendo hacia la plaza central, a buscar a mis padres que se encontraban ahí.
No lo pude controlar... una nube roja cegó mis pensamientos y no pude parar: destruir, matar y luego absorber la sangre...
Acabé con todo mi pueblo y sus habitantes, entonces la nube roja desapareció y me calmé. En ese momento pude razonar y me di cuenta de lo que había hecho... Acabé con mi familia, mis amigos, mi gente. Me derrumbé. ¿Cómo he podido hacer esto? ¿En qué clase de monstruo me he convertido?
Estaba sola, y todo por mi culpa. En ese momento, estaba dispuesta a matarme. Pero llegaron los Alden, me dijeron que me ayudarían, que sabían lo que pasaba y que sentían no haber llegado antes, ya que si lo hubieran hecho nada de eso habría pasado.
-¿Cómo te llamas?-preguntó el señor Alden.

-Nessa, es decir... Vanessa.
-Bien, ¿deseas venir con nosotros?-me ofreció la señora Alden-. Podríamos ayudarte, enseñarte a controlarte y ofrecerte una nueva oportunidad.
Yo accedí a irme con ellos, ¿que otra cosa podía hacer?, no esperaba comprensión, es más, deseaba que ellos me dieran un castigo doloroso, deseaba sufrir. »

Desde entonces había cambiado mucho, tanto en aspecto como en la forma de pensar, en todo.
Al final llegué al aula, me aclaré la garganta y fui en dirección al piano. Comencé a tocar una triste melodía, que de alguna manera me hacía sentir mejor y me identificaba un poco con ella y canté: 
“Miro hacia el cielo,
frío y oscuro.
Enfrentándome a la adversidad.
Nace hielo en mi corazón.
Veo caer la nieve,
desde mi ventana.
Nada que hacer,
esto no se puede arreglar.
Intento escapar pero no hay forma,
este corazón hace tiempo que dejó de latir.
A pesar del tiempo que pasó,
la soledad me persigue aún.
No sé todavía quién soy,
no me consigo encontrar.
Veo caer la nieve,
desde mi ventana.
Nada que hacer,
esto no se puede arreglar.
Intento escapar pero no hay forma,
este corazón hace tiempo que dejó de latir.
Siento el frío rozándome la piel,
el hielo roto sigue cubriendo mi corazón.
Y no sé cómo voy a seguir de esta forma,
pero tampoco sé cómo puedo terminar...
Veo caer la nieve,
desde mi ventana.
Nada que hacer,
esto no se puede arreglar.
Intento escapar pero no hay forma,
este corazón hace tiempo que dejó de latir.
La tormenta me recuerda al interior
de mi triste corazón.

Encerrado en soledad,
sin nadie en quien poder confiar.
Sólo secretos inconfesables, nada más...
Aunque quisiera gritarlo todo
no me puedo liberar...
Veo caer la nieve,
desde mi ventana.
Nada que hacer,
esto no se puede arreglar.
Intento escapar pero no hay forma,
este corazón hace tiempo que dejó de latir.
En las sombras de la noche,
en el frío del invierno.
Veo caer la nieve desde mi ventana...
Y no hay nada que hacer...
Este corazón hace tiempo que dejó de latir.”

Volví a suspirar y me dirigí hacia la puerta. Me encontré a un chico apoyado allí; mirándome, ¿cómo es que no le había oído?
-¿Quién eres y qué haces aquí?-le pregunté fríamente.
-El rollo de chica dura no te pega mucho, pero te favorece. Por cierto, cantas muy bien -le lancé una mirada enfadada y él sonrió-. Soy Izan Creek. Aunque como me han acogido mi apellido de ahora es Steele.
Me quedé de piedra... ¡Creek! Controlé mi expresión y seguí cavilando; mi interior estaba gritando.
Él también había cambiado mucho, demasiado. Era de mi antiguo pueblo... un superviviente al desastre. No podía creerlo...
-Mi padre y yo nos mudamos de un pueblo que fue masacrado y destruido -contó, como si fuera lo más normal del mundo. Yo tragué saliva, debió de creer que lo hacía de la impresión-, mi padre murió hace poco y me acogieron los Steele. Pero mi padre antes de morir dijo que siguiera con lo que él había empezado, la caza de vampiros. Sé que te parecerá ridículo, pero existen, ya he acabado con algunos en compañía de mi padre. Supongo que pensarás que estoy loco por decirte esto, pero espero que me creas.
-Yo... bueno... yo no pienso que estés loco... yo también he...-salí corriendo hacia la puerta-. Hay que volver a clase.
En el instante en el que terminé de hablar sonó el timbre. Eché a correr y me sorprendió mucho que ese chico igualara mi velocidad.
-¿Cómo has...?-empezó a decir Izan.
-Eso no es de tu incumbencia-le corté secamente.
-Bueno, aún no me has dicho tu nombre, aunque de todas formas sé quien eres.-dijo sonriendo.
-Vanessa Alden.-respondí, sólo por cortesía.
Él paró de correr y yo hice lo mismo, ya estábamos casi en clase.



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4 comentarios:

  1. *___* esta brutal!! me encanto laura!! cual es la cancion? que bonita!! eres muy buena!! estoy impaciente por el proximo!! (L.) ^^

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  2. jajaja graciias :D
    la canciion me la he iinventado yo xDD
    <3 :)

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